6-6-2024 Bilingual Torah Commentary / Comentario Bilingüe
יום ירושלים
Día de Jerusalén
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שאלו שלום ירושלים
Orad por la paz de Jerusalén
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Esta semana comenzamos el cuarto libro de la Biblia, “Sefer BaMidbar”. Además, el martes11 de junio por la noche, comenzamos nuestra celebración de la fiesta de Shavuot, conocida en inglés como Pentecostés (pero que no debe confundirse con la fiesta cristiana del mismo nombre que tiene lugar el séptimo domingo después de Pascua).
La traducción inglesa de El Sefer BaMidbar es el “Libro de los Números”. Derivamos el nombre inglés del hecho de que sus primeras secciones tratan del censo nacional, las estadísticas que proceden de este censo y la información que proporciona el censo.
Sin embargo, el título en inglés no refleja la profunda sabiduría del libro. Este cuarto libro bíblico es mucho más que un mero libro de estadísticas y números, sino que es un viaje al alma del pueblo judío.
El nombre hebreo del libro, BaMidbar, significa “En el desierto” y refleja la tensión entre la vida en el desierto y la vida urbana a medida que se desarrolla su drama lejos de la civilización. Esta tensión se pierde para el lector no hebreo. Debido a la forma única que tiene el hebreo de combinar letras con vocales, las palabras pueden tener múltiples capas de significado.
Por ejemplo, si cambiamos las vocales de las letras que componen la palabra para desierto (MiDBaR: mem-dalet-bet-raysh), entonces leemos que esas mismas letras connotan la noción de “hablar/hablar”.
Es decir, leemos el título como “el Libro del Hablar” en lugar de “El Libro del Desierto”. ¿Por qué? ¿Se trata de un juego de palabras casual o el hebreo relaciona el acto de hablar con el desierto? ¿Nos está enseñando el texto que las palabras importan y que la violencia empieza con palabras y termina en actos físicos?
El texto nos enseña que la “generación del desierto” era una generación de quejosos. Como tanta gente en los campus universitarios actuales, eran personas que reaccionaban emocionalmente y a menudo sin pensar. Lo contrario de hablar es “oír/escuchar a la otra persona”. En hebreo, la raíz SH.M.Ayin significa comprender escuchando. Leyendo BaMiDBar, tenemos la sensación de que estos cuarenta años de relativa soledad, fueron necesarios para que los Hijos de Israel aprendieran a escuchar.
En el desierto, tuvimos la oportunidad de escuchar nuestras voces interiores, tanto personales como colectivas.
Es en el desierto donde creamos nuestra propia y única cultura nacional. Así, los “Diez Mandamientos” y la idea del derecho constitucional, ambos celebrados durante Shavuoth, nacieron en un territorio que no pertenecía a nadie.
El Sefer BaMidbar trata de cómo luchamos por convertirnos en socios de Di-s.
En el vacío del desierto aprendimos a no pronunciar palabras vacías, sino a escuchar tanto la palabra hablada como el silencio. También es un libro de cuidadoso equilibrio, que nos muestra la necesidad de crear un equilibrio entre los detalles y las ideas y entre la teoría y la práctica.
Quizá la lección primordial de Sefer BaMidbar sea que, aunque cada persona y cada cultura son únicas, la grandeza viene marcada por la capacidad de traducir lo único en universal. En estos días de intenso odio, el Sefer BaMidbar, el Libro de las Tierras Salvajes, nos recuerda la necesidad de escuchar con respeto y de aprender unos de otros.
Este cuarto libro de la Biblia trae la sabiduría del desierto a la vida urbana.
Ofrece a quienes viven en un mundo en el que la gracia de la soledad se ha convertido en un arte perdido, un atisbo de la sabiduría del desierto.
Este libro nos enseña que el éxito en la vida se consigue mediante una combinación de lo privado con lo público, y de lo social con lo personal.
Este cuarto libro bíblico nos recuerda, a quienes vivimos en una época en la que las palabras se han tergiversado hasta tal punto que carecen de significado, la importancia de aquellas famosas Diez Declaraciones conocidas por muchos como los Diez Mandamientos. Leyendo el texto y celebrando Shavuot llegamos a comprender que Di-s nos bendijo no sólo con palabras, sino también con acciones.
Ideas expresadas en palabras que constituyeron la base de gran parte del pensamiento occidental.
Esta semana empezamos el cuarto libro de la Biblia, Séfer baMidbar.
También en martes al anochecer, 11 de junio, comenzamos nuestra celebración de la fiesta religiosa de Shavuot, conocida en español como Pentecostés.
La traducción al castellano de Séfer BaMidbar es el Libro de los Números.
Su título en castellano no es una buena traducción.
Derivamos el nombre del libro inglés porque sus primeras secciones tratan del censo nacional y las estadísticas que rendimos de esta información.
Este libro es mucho más que un libro de estadísticas y números sino una recorrida que nos introduce al alma de nuestro pueblo.
El nombre en hebreo es mucho más expansivo.
Significa en la versión original “en el desierto o yermo” y refleja el hecho de que el argumento del libro tiene lugar lejos de la civilización.
Si cambiamos los vocales que componen la palabra por ‘desierto’ (mem-dalet-bet-resh), entonces leemos estas mismas letras en hebreo como mi-da-ber o ‘hablando’.
Es decir que usamos las mismas letras con vocales diferentes para expresar la palabra desierto y hablar.
¿Por qué?
¿Cuál es la relación entre el desierto y el acto de hablar?
¿Qué lección nos enseña el texto?
¿Nos enseña la importancia de nuestras palabras y que la violencia comienza con palabras y termina en actos físicos?
El texto nos informa de que la generación del desierto estaba compuesta de quejumbrosos.
Como muchos en los campos universitarios de hoy día eran personas que reaccionaban emocionalmente y muchas veces sin pensamientos.
Hablaron y no escucharon.
Es por eso por lo que la raíz verbal hebrea, sin-mem-ayin, significa “comprender por escuchar”.
Al leer BaMidbar tenemos la sensación de que los 40 años de soledad eran necesarios para aprender a escuchar y al aprender esta lección estábamos listos para transformarnos en una nación.
Estando solos en el desierto teníamos la oportunidad de escuchar nuestra voz interior y oír la voz que nos habla en forma individual y grupal.
En el desierto creamos nuestra cultura única y nacional.
Por eso celebramos la entrega de los Diez Mandamientos y la idea de la ley constitucional en la fiesta religiosa del desierto, Shavuot.
En este cuarto libro de la Biblia enfrentamos los sonidos del silencio y la necesidad de hacernos en los socios de D-os en la construcción nacional por medio de relacionar lo cotidiano con el alma del pueblo.
En el vacío del desierto nos enteramos de abstenernos de usar palabras vacías y escuchar lo hablado y lo no hablado.
En Séfer BaMidbar experimentamos el equilibrio cuidadoso entre los detalles y las ideas, entre lo teórico y lo práctico.
Es el antídoto a la arrogancia.
Por eso el libro nos enseña que aunque cada persona y cultura es única, la grandeza nos llega cuando podemos transformar lo único en lo universal.
En estos días de tanto odio, este libro nos recuerda la necesidad de escuchar al otro y aprender cada uno del otro.
En este libro los que viven en una ciudad aprenden de la sabiduría del desierto.
Les ofrece una oportunidad de comprender la gracia de la solidaridad y la importancia de la introspección personal.
Nos enseña que una vida exitosa comienza con el equilibrio de lo personal con lo público.
Nosotros, que vivimos en una era de palabras tergiversadas al punto que les falta significado necesitamos recordar en esta fiesta de Shavuot la importancia del regalo de Las Diez Unidades de Habla, conocidas a muchos como Los Diez Mandamientos, eran las palabras que cambiaron el mundo.
YouTubes para la semana
YouTubes para la semana
Celebrando Jerusalén por Yom Yerushalayim
Celebrando Jerusalén e Iom Yirushalayim
Lach Yerushalayim:
Yerushalayim sheba’lev:
Comida Pisgat Har Ha’Tzofim:
Yerushalayim:
Yerusahalayim shel Zahav:
Por favor, reza por los soldados israelíes y por el regreso sano y salvo de todos los rehenes restantes.
Oren por los soldados de Israel y por el regreso sano y salvo de todos los rehenes.