26-9-2024 Bilingual Torah Commentary/ Comentario Bilingúe de la Toráh
שאלו שלום ירושלים
Pray for the peace of Jerusalem
Orad por la paz de Jerusalén
This week’s parashah will be the last one of the year. Next Thursday Rosh Ha’Shanah begins and we say goodbye to the difficult year of 5784. There is no doubt that 5784 has been a year filled with challenges and tragedies. We bring the year to its conclusion with a double reading from the Book of Deuteronomy. This coming Sabbath (September 28th) we read the weekly sections called Nitzavim and VaYelech. You will find these two sections starting in chapter 25:9 and going until chapter 31:30.
Often we can gain insights into the parashah’s meanings simply by examining its Hebrew name. In the case of Nitzavim and VaYelech, the parashahs’ names present two very different aspects of life. Nitzavim means “standing in place or being steadfast or firm”. This is a Bible portion that teaches us the importance of our commitment to our convictions. Nitzavim emphasizes the need to put the present into the context of the past and reminds us that without knowledge of the past we are all too likely to be swayed by current social and political trends.
The meaning of “VaYelech” (the second parashah) is the exact opposite of Nitzavim. VaYelech implies movement. We find the parashah is the counterpoint of Nitzavim. We might translate VaYelech as: “going forth,” or “moving on.” It is one of the sections in which Moses prepares the people of Israel to go into the Promised Land without him.
In other words, these two sections teach us to be steadfast in our principles and convictions and to act on them. Together they teach us that principles and ideas that do not become actions are nothing more than unsubstantial hopes. On the other hand, actions without a vision may be merely events on the road to personal or collective chaos.
In the Biblical text, VaYelech represents the transformation from a nomadic slave people into a people who have come home, and now must be proactive to a new world in which they will soon find themselves. Nitzavim is a review of what was; VaYelech is a journey into what can be. These two sections then unite past with future. In these sections we come to realize that nothing is ever totally static, that with the dawn of each new day even the past changes. Although we can never relieve our past, we can use its lessons to illuminate / guide our future.
There is no doubt that 5784 has been year of challenges. Israel has been forced to fight a multifront war, and throughout the diaspora we have seen the worst cases of antisemitism since the days of the Holocaust. Universities throughout the world have turned into centers of hate and ignorance instead of learning and thoughtful dialogue. We have watched how too many university presidents have shown the world their lack of a moral compass and their wiliness to justify pure racism.
The challenges of 5784 mean that we must find a way to turn bigotry into love and rebuild the hopes that died in the pogroms of last Simchat Torah. We shall have to rebuild the homes lost on the Gaza border and on the northern border with Lebanon, and also rebuild relationships that many believed to be strong but in the end proved to be ephemeral. Tragically we have had to relearn that in a world of constant change we must be steadfast not only in what we say but also in what we do. Our task is to create “stability of the soul” in the midst of an ever-changing world.
How do we meet these challenges? Are we firm in our moral compass and flexible enough to meet new challenges? These are some thoughts to contemplate as we head toward Rosh Ha’Shanah, 5785. May the New Year be one in which the tragedies of the past year become blessings in the New Year. My family and I wish each of you a year of goodness and blessings.
La parashá de esta semana será la última del año. El próximo jueves comienza Rosh Ha’Shaná y despediremos el difícil año de 5784. No hay duda de que 5784 ha sido un año lleno de desafíos y tragedias. Concluimos el año con una doble lectura del Libro de Deuteronomio. Este próximo Shabbat (28 de septiembre) leeremos las secciones semanales llamadas Nitzavim y VaYelej. Encontraréis estas dos secciones a partir del capítulo 25:9 hasta el capítulo 31:30.
A menudo podemos obtener información sobre los significados de la parashá simplemente examinando su nombre hebreo. En el caso de Nitzavim y VaYelej, los nombres de las parashás presentan dos aspectos muy diferentes de la vida. Nitzavim significa “estar firme o permanecer firme”. Esta es una porción de la Biblia que nos enseña la importancia de nuestro compromiso con nuestras convicciones. Nitzavim enfatiza la necesidad de poner el presente en el contexto del pasado y nos recuerda que sin conocimiento del pasado es muy probable que nos dejemos ser influenciados por las tendencias sociales y políticas actuales.
El significado de “VaYelej” (la segunda parashá) es exactamente el opuesto de Nitzavim. VaYelej implica movimiento. Encontramos que la parashá es el contrapunto de Nitzavim. Podríamos traducir VaYelej como: “salir” o “avanzar”. Es una de las secciones en las que Moisés prepara al pueblo de Israel para entrar en la Tierra Prometida sin él.
En otras palabras, estas dos secciones nos enseñan a ser firmes en nuestros principios y convicciones y a actuar en consecuencia. Juntas nos enseñan que los principios y las ideas que no se convierten en acciones no son más que esperanzas insustanciales. Por otro lado, las acciones sin una visión pueden ser simplemente acciones en el camino hacia el caos personal o colectivo.
En el texto bíblico, VaYelej representa la transformación de un pueblo nómade y esclavo en un pueblo que ha vuelto a casa y ahora debe ser proactivo en el nuevo mundo en el que pronto se encontrará. Nitzavim es una revisión de lo que fue; VaYelej es un viaje hacia lo que puede ser. Estas dos secciones unen entonces el pasado con el futuro. En estas secciones llegamos a darnos cuenta de que nada es totalmente estático, que con el amanecer de cada nuevo día incluso el pasado cambia. Aunque nunca podemos aliviar nuestro pasado, podemos usar sus lecciones para iluminar / guiar nuestro futuro.
No hay duda de que 5784 era un año de desafíos. Israel se ha visto obligado a luchar una guerra en múltiples frentes, y en toda la diáspora hemos visto los peores casos de antisemitismo desde los días tristes del Holocausto. Las universidades de todo el mundo se han convertido en centros de odio e ignorancia en lugar de aprendizaje y diálogo reflexivo. Hemos visto cómo demasiados presidentes de universidades han demostrado al mundo su falta de brújula moral y nos han manifestado su habilidad para justificar el racismo puro.
Los desafíos de 5784 significan que debemos encontrar una manera de convertir la intolerancia en amor y reconstruir las esperanzas que murieron en los pogromos del Simjat Torá pasado. Tendremos que reconstruir los hogares perdidos en la frontera de Gaza y en la frontera norte con el Líbano, y también reconstruir relaciones que muchos creían fuertes pero que al final resultaron ser efímeras. Trágicamente, hemos tenido que volver a aprender que en un mundo de cambio constante debemos ser firmes no sólo en lo que decimos sino también en lo que hacemos. Nuestra tarea es crear una “estabilidad del alma” en medio de un mundo en constante cambio.
¿Cómo enfrentamos estos desafíos? ¿Somos firmes en nuestra brújula moral y somos lo suficientemente flexibles para enfrentar nuevos desafíos? Estos son algunos pensamientos para reflexionar mientras nos acercamos a Rosh Ha’Shaná de 5785. Que el Año Nuevo sea uno en el que las tragedias del año pasado se conviertan en bendiciones para el Año Nuevo. Mi familia y yo les deseamos a cada uno de vosotros un año de bondad y bendiciones.
YouTubes for the week
YouTubes para la semana
Three Classical Musical Pieces for the High Holidays
Obras clásicas para las Altas Fiestas
Zochreinu L’Chayim
Ki Anu Amnechah
Kol Nidre
Please pray for Israel’s soldiers and the safe return of all of the remaining hostages.
Oren por los soldados de Israel y por el regreso sano y salvo de todos los rehenes.